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Huyendo de las sombras

La voz de Galicia

Santi Pazos

Titzina ha recuperado parte de la esencia que en los últimos trabajos había pasado a un segundo plano, como el cuidado del montaje escénico o la interpretación. Cuando un espectáculo teatral se hace con tanta luz como definiciones de esa palabra en el diccionario, cuando desde el primer segundo parece que te entra por el cuerpo cierto aire poético, lírico; cuando percibes que detrás de esa propuesta hay un trabajo serio, intelectual y práctico; cuando se cuida hasta el más mínimo detalle, cuando esa obra se muestra como un ser compacto y vivo, logra en el espectador efectos sensibles que difícilmente podrá olvidar. En Carballo siempre hemos conocido a Titzina. Esos Folie a Deux. Sueños de un psiquiátrico o Exitus presentaba con cierta comicidad una visión casi abstracta de un mundo, tan real que hacía reír por dentro. Y en Entrañas, Distancia siete minutos y La Zanja exploran un teatro realista comprometido con las injusticias que vivimos que ponen los pelos de punta.

Sin embargo, tengo la impresión de que en este último el discurso reivindicativo, perfectamente articulado y
documentado, ocupó tanta energía de Diego Lorca y Pako Merino que el lenguaje escénico, la interpretación,
la forma, pasaron a un segundo plano, dejando al descubierto un parte fundamental del hecho teatral.
Afortunadamente en BÚHO regresan a otro teatro que, sin abandonar la cuidada dramaturgia ni el discurso
social y la investigación antropológica, recupera la importancia de la interpretación y la puesta en escena
(como en el excelente Éxitus). Esa brillante iluminación de Jordi Thomàs, llena de claroscuros que recuerdan
a Rembrandt, sumerge al espectador en una nebulosa estupefaciente. Y la composición musical y el sonido,
envolvente, de Jonatan Bernabeu y Tomomi Kubo, impacta. Y podemos seguir con la escenografía de Rocío
Peña, etc… Todo excelente.
Todo a punto para recuperar la memoria, huir de las sombras y, siguiendo el hilo de Ariadna, encontrar ese
foco de luz que nos permita recordar con claridad quiénes y qué somos aunque tengamos que remontarnos a
los orígenes del universo o a ese bisonte paleolítico.
También podemos tirar de la agenda y repasar aquellas aventuras y desventuras que componen nuestra propia
biografía. Existen terapias para superar la amnesia o promover el olvido que nos permiten vivir sin traumas
tóxicos innecesarios.
Puedes creerme si te digo, porque suelo ser leal con mis propios pensamientos y contigo también, que Titzina
logró mantenerme pegado a la butaca, como si estuviera magnetizado, durante mucho tiempo después de que
terminase la función. Felicidades.
Salud y larga vida…