Búho
Pablo, un antropólogo forense especializado
en yacimientos paleolíticos sufre un ictus que
le provoca una amnesia severa. Asistimos
a una búsqueda interior por su memoria para
recuperar sus recuerdos, en definitiva,
su identidad.
Ficha artística
- Idea y Creación Diego Lorca y Pako Merino
- Dirección Diego Lorca y Pako Merino
- Dramaturgia Diego Lorca
- Interpretación Diego Lorca y Pako Merino
- Dirección Técnica Albert Anglada
- Diseño Gráfico Isa Besset
- Diseño Vídeo Joan Rodón
- Composición Musical y Sonido Jonatan Bernabeu y Tomomi Kubo
- Diseño Iluminación Jordi Thomàs
- Diseño Escenografía Rocío Peña
- Construcción Escenografía Albert Ventura, La Forja del Vallès
- Vestuario: Ona Grau
- Fotografía: Quim Cabeza
- Producción Titzina
A mediados del año dos mil veinte, decidimos
iniciar el proceso creativo para gestar un nuevo
acto teatral. Buscamos en primer lugar en
la superficie. Entre el desorden de ideas,
apareció la impactante historia de un director
de orquesta afectado por una amnesia extrema,
que le impide retener nada en su memoria
más allá de siete segundos. Ahí fijamos
algunas intuiciones (en la página en blanco
no existen certezas ni estrategias previas)
“Cerebro, Memoria, profundidad, oscuridad”.
Seguimos buscando a plena luz durante unos
meses de forma incesante y poco a poco
sentimos que empezamos a cegarnos, que
necesitamos un refugio, un lugar que nos
protegiera de tantos estímulos externos.
Por casualidad – como siempre pasan las
cosas – descubrimos una tapa de alcantarilla.
¿Qué habrá ahí abajo? La obsesión toma
las riendas: ¿Qué habrá ahí abajo?
Conseguimos la complicidad de un aventurero
suburbano y recorrimos las entrañas de Madrid.
Oímos la vida desde abajo, olimos los desechos
cotidianos, nos perdimos por las arterias urbanas.
En ese momento fuimos conscientes de que la
atracción por la profundidad, no nos pertenecía,
que trascendía a nosotros, a nuestra época.
Nos trasladamos a las cuevas cántabras y
la linterna de una guía de pinturas rupestres
nos mostró el trazo sobre las paredes de unos
hombres.
La tranquilidad y la conexión ancestral nos situó
definitivamente. Ya no había marcha atrás.
La nueva historia nos había elegido. Todo
se aceleró en la búsqueda de información:
subterráneos, túneles, cloacas, cuevas,
catacumbas, ciudades subterráneas
ancestrales, etc…
Luego solicitamos acompañar a personas reales
que transitan a diario en la profundidad – nuestro
teatro siempre observa personas reales -.
Unos cuantos de ellos – nunca se sabe muy
bien por qué – nos acogieron. Espeleólogos,
antropólogos forenses especializados en arte
rupestre, Mossos d’Esquadra de la unidad
del subsuelo, exploradores urbanos ilegales,
neuropsicólogos y pacientes del instituto
Guttman para rehabilitación de la memoria.
Nos regalaron su tiempo, conocimientos
y experiencias.
Posteriormente, por múltiples razones y
casualidades, a través de la ficción hemos
creado un espectáculo teatral.